Lluritu es un sueño. Una reivindicación. Una manera de entender la amistad. Un canto a la vida, a la ligereza, a la austeridad y a la alegría como únicas vías para acceder a la excelencia. Creemos en una hostelería centrada en el alma del producto más que en la calidad.

Qué barbaridad no? ¡La palabra calidad tendría que ser sagrada!

Sí, pero para nosotros nunca por encima del alma del “savoir faire”, de la calidez, de la complicidad, de la familia, de las sobremesas que te hacen tocar el cielo.